
Portrait of young child pretend to be businessman. Kid playing at home. Success, idea, and creative concept. Copy space for your text
Lanzarse a ser más creativo
Si comparamos la motivación que tiene niño con la de un adulto para crear, por ejemplo para hacer un dibujo, nos toparemos con reacciones que serán completamente diferentes y con una razón bastante lógica.
El impulso innato que lleva a un niño a crear algo surge sin planearlo y corresponde a su propio desarrollo. Cuando se observa dibujar a un pequeño despierta en el adulto la curiosidad, lo impresiona no por el hecho de que se trate de una composición laboriosa, ya que no corresponde a la concepción exitosa que un adulto posee de un trabajo artístico, sino por el estilo y la originalidad que el niño imprime en su obra.
Desde el momento en que a un niño se le presenta una hoja en blanco, acomoda todos sus colores frente a él, los mira y vuelve a acomodarlos, quizá juegue con ellos antes de iniciar pues es posible que aún no sepa qué dibujar; hay quienes no pueden esperar a que se les entregue la hoja ya que tienen una idea concreta o por lo menos se irá desarrollando en el transcurso de su trabajo. El niño dibuja lo que mira, lo que le impresiona y le gusta. El adulto mira el resultado del pequeño y pregunta acerca de él. Es singular y piensa que de querer lo haría mejor, pero de hecho no lo quiere. ¿Por qué?
La mayoría de los adultos responde que no son buenos para eso, que son malos, que nunca aprendieron, que solo lo hacían en la escuela y de eso ya tiene mucho tiempo, que no les gusta… Y no les gusta porque no aprendieron a hacerlo bien. Pero ¿qué es hacerlo bien?, ¿quién es bueno o malo para eso? La respuesta a todo lo anterior es simple: en el arte de crear no existen errores.
Pensemos en la creatividad como un laboratorio. Hay interrogantes, hipótesis, experimentos y resultados; un laboratorio donde nos permitimos lanzarnos a ser más creativos. Dejando de lado el temor a ser juzgados, señalados. Todo empieza con vencer nuestros propios miedos, recordando quizá aquéllas palabras que decían: “Te salió mal” o “no eres bueno” y que provocaron que ese niño o niña del pasado se haya rendido en el camino y dejó de crear.
Lanzarse a ser más creativos significa reencontrarnos con aquello que nos apasiona, que mueve nuestro mundo de tal forma que nos orilla a saltar fuera de lo que ya conocemos, observamos y aceptamos las limitantes que poseemos, las analizamos y trabajamos en ellas para transformarnos, nos arriesgamos y hasta nos llegamos a divertir con el proceso, deseando obtener un resultado que nos agrade, cuando el viaje es lo que verdaderamente nos ha hecho felices.
Lanzarse a ser más creativos significa aventurarnos a crear nuestras propias posibilidades, alimentándolas leyendo, escuchando música, visitando una buena exposición, bailando, hablando, caminando, como mejor se considere, la intención es moverse y mirar desde otra perspectiva. Regresar a crear lo que siempre nos ha gustado sin tener en mente el resultado sino la experiencia. Darse la oportunidad de atreverse.
Es muy sencillo perder la motivación y convertirla en un puñado de recuerdos que nos ocasiona sufrimiento, nostalgia y hasta resentimiento; y es aún más sencillo mantenernos en la misma posición; por lo que es de celebrar cada vez que a alguien se le presenta la ocasión y dice: “sí quiero” y al observar sus rostros mientras están creando se puede ver a través de su mirada aquél niño que con entusiasmo creaba historias que podía visualizar en su imaginativa, lográndolas plasmar; sin importar que fuesen un par de garabatos o trazos mejor definidos…lo bello de esas creaciones eran y siguen siendo, el proceso que permite saltar fuera de la tan llamada zona de confort. Un trayecto que nos lanza hacia la creatividad.
Deisy Mateos Santos
Creadora de ImaginARTE Iniciativa enfocada en la iniciación a la educación artística con una perspectiva humanista y sensible desde la inteligencia emocional.