
Calavera literaria dedicada a Leonardo Da Vinci
Leonardo Da Vinci
Por Pamela Karem Garrido Rojas
17 años
Estado de México
La catrina buscaba y buscaba,
Era difícil saber en dónde estaba,
Pues estaba en Francia,
Así que decidió tomar un mapa.
Cuando llegó al Castillo de Clos-Lucé,
Por fin dio con él,
Esa alma estaba observando,
Las ideas en papel que había plasmado.
La huesuda gritó: ¡Leonardo da Vinci!,
He venido por fin,
No vengo en busca de “La Mona Lisa”,
Vengo en busca de tu ánima.
Leonardo estaba sorprendido,
Sobre todo, confundido,
Era un gran choque cultural,
Además de un diferente hablar.
Entontes la catrina utilizó el traductor,
Para poder hablar entre los dos,
Cuando se lograron entender,
Habían pasado 3 horas, ya era muy tarde.
La catrina lo invitó a comer,
Un delicioso pozole,
¡Sin carne, por favor!,
Leonardo respondió de manera cortés.
Un largo camino tuvieron que recorrer,
Da Vinci iba a conocer un gran continente,
De Francia a México debían de llegar,
Para el día de muertos poder festejar.
Catrinas y catrines por doquier,
Flores de cempaxúchitl también,
Millones de ofrendas en las casas,
En las calles figuras y pinturas.
Todo era nuevo para él,
Muchos colores había alrededor,
No había palabras que lo pudieran expresar,
Por lo emocionado que estaba al conocer ese lugar.
Finalmente llegaron a la fiesta,
Y vió a varias personas reunidas,
Van Gogh, Diego Velázquez, Picasso,
Botticelli, Caravaggio y Tiziano…
Habían más,
Pero no los llegó a recordar,
Pues lo que no sabía él,
Que la fiesta era para pintores.
Leonardo era el anfitrión,
Porque el público lo decidió,
Era el más admirado,
Por ser un poco de todo.
Finalmente, todos festejaron,
Hasta que llegó el amanecer,
Todos fueron regresando a sus tumbas,
Agradecido Leonardo,
Le prometió a la huesuda volver el siguiente año.
Me encanto ???
Esta es la mejor calaverita, el dibujo es simplemente hermoso.