Las Adelitas. Las mujeres de la Revolución mexicana

 “—Yo te doy agua,—Yo llevo las ollas y las cazuleas para hacerte tu comida, —Yo te despiojo, —Yo te lío tu petate, Yo te lavo tu ropa, —Yo junto la leña para hacer lumbre,—Yo te aceito tu fusil, —Yo te prendo tu cigarrito, y si no hay tabaco, te hago uno de macuche, aquí tengo hojas de maíz, —Yo cargo tu Mauser y tus cartuchos, —Yo cuido de que no se moje la pólvora, —Yo te hago casa en el campo de batalla, —Yo soy tu colchón de tripas, —Yo tengo a tu hijo en la trinchera”.

 

Elena Poniatowska. Las Soldaderas. 2016

 

Ya han pasado más de cien años del movimiento armado de la Revolución mexicana, hombres, mujeres y niños fueron parte de su furia y combate. Y aunque la Historia no le había concedido un reconocimiento a las mujeres de la Revolución, al día de hoy podemos decir que, sin ellas, las Adelitas o las Soldaderas, la Revolución no hubiera existido.

En el campo de batalla participaron mujeres que se despojaron del miedo y se armaron de valentía para luchar por los objetivos revolucionarios. La mayoría de ellas eran llevadas por sus hombres al combate como apoyo, pero por supuesto que, sus labores iban mucho más allá de los labores domésticos. Algunas otras, fueron robadas y violadas, y no tuvieron más remedio que participar a la fuerza; no importaba, la condición social, ni el color, pero la mayoría de ellas eran mujeres jóvenes. Y suerte tenían las que formaban parte del ejército de Emiliano Zapata, pues las que llegaron a estar con Francisco Villa, sufrieron más de su temperamento colérico y salvaje.

“Las soldaderas caminaban todo el día, porque —inisto— los caballos eran para los hombres, y las mandaban por delante a recoger la leña, prender la lumbre y preparar la comida. Llegaban a los pueblos a pedir gallinas, masa para hacer tortillas y frijoles. Cuando se los negaban robaban. No es que fueran bragadas y fuertes, eran chiquitas, tenían hambre de la que no se llena, hambre de cambio”.[1]

Aunque la mayoría realizaba apoyos básicos y de enfermería, hubo mujeres que llegaron a tener cargos importantes. La mayoría de ellas permanecen en el anonimato, pero sabemos de algunos nombres gracias a diversos estudios e investigaciones; en el libro Las indómitas de Elena Poniatowska aparecen varios nombres, como el de Petra Ruiz, quien se hizo pasar por hombre, y que por su habilidad con la pistola y el cuchillo, la apodaron “Pedro hecho bala”, fue una soldado del Ejército Revolucionario, y dirigió uno de los batallones que derrotó al ejército federal en la Ciudad de México, recibiendo el grado de teniente.

Otra célebre soldadera fue Valentina Ramírez. Ella también se vistió de hombre para poder integrarse a la lucha, participando en varios combates con las fuerzas maderistas llevando así, el nombre de Juan Ramírez. Se dice que ella fue la insoiración para hacer el corrido carrancista “La Valentina”. Otro corrido de la Revolución muy popular es “La Adelita”, que aunque no se tiene conocimiento a ciencia cierta quién fue Adelita, existen algunas historias que dicen que el corrido fue inspirado en Adela Velarde Pérez, la soldadera de Ciudad Juárez que participó como enfermera en las campañas villistas de la División del Norte.

Valentina nuevo corrido. José Guadalupe Posada. Impreso por Antonio Vanegas Arroyo. Library of Congress

 

El papel de las soldaderas había sido, desde siempre, reducido a las labores domésticas, sin la mínima importancia, esquivando la idea de que algunas sí habían participado en combates. Cuando se dio por terminada la Revolución, el gobierno Carrancista reconoció solo a las mujeres de los familiares que habían caído en la batalla. Lo que minorizó aún más la importancia y la justicia para todas las mujeres de la Revolución. Hoy en día la Soldadera, es un símbolo de resistencia y valentía.

 

 

Soldadera en el estribo de un ferrocarril.Colección Archivo Casasola – Fototeca Nacional

 

 

Columna de tropas zapatistas. Fototeca Nacional

 

Soldaderas en posición para disparar contra las gavillas de José Inés Chávez García. Fototeca Nacional

 

Soldadera armada y sus tres hijos sentados en un campamento. Fototeca Nacional

 

Soldadera junto a vagón en la estación de Buenavista. Fototeca Nacional

 

Mujer maderista de pie en un patio. ca. 1913. Fototeca Nacional

 

Soldadera besa a soldado federal. Fototeca Nacional

 

Adela Velarde Pérez, soldadera. ca. 1914. Fototeca Nacional

 

 

 

 

 

 

[1] Elena Poniatowska. “Las soldaderas” en Las Indómitas. Seix Barral. 2016. p. 45

 

 

 

 

 

 

1 thought on “Las Adelitas. Las mujeres de la Revolución mexicana

Deja un comentario

%d