Psique y Eros. Una historia de amor

Psique, era para la cosmovisión griega, el alma, el aliento que se exhala antes de morir, y que después de la muerte se percibe como un espectro nebuloso que no recuerda su pasado en la tierra. Mientras tanto, Eros representa el deseo, el amor en movimiento. Juntos crean la más profunda esencia de un ser que es el placer y la inmortalidad del alma a través del amor.

 

La historia de Eros y Psique es un cuento con una larga tradición grecorromana, la cual fue narrada por Lucio Apuleyo, un escritor y poeta romano, a través de su obra Las metamorfosis o El asno de oro (S. II d. C). En el arte antiguo el cuento no tuvo mucha importancia para los artistas, pero el re descubrimiento de Apuleyo en el Renacimiento tuvo un efecto impactante: “la idea espiritual que expresaba su relato entusiasmó a los humanistas neoplátónicos”.[1]A partir de ese momento, los diversos pasajes de la fábula inspiraron a muchos artistas, por lo que es impresionante el número de obras, tanto pictóricas, gráficas  como escultóricas, que existen sobre este tema.

 

La historia de Psique y Eros

 

El rapto

Apuleyo narra que Psique era la hermana menor y más hermosa de tres hermanas, hijas de un rey de Anatolia. Su belleza era tan grande que despertó los celos de Afrodita, quien envió a su propio hijo Eros (Cupido) para que le lanzara una flecha envenenada que la condenaría a enamorarse del hombre más terrible, infame y despreciable que encontrase. Pero cuando Eros se dirigió a cumplir el mandato de su madre, se quedó sorprendido por la belleza de Psique; por lo que decidió tirar la flecha al mar y se llevó a Psique a su palacio, a las estancias del Olimpo.

Para evitar alguna sospecha de los Dioses, Eros se presentaba ante Psique por las noches, en la oscuridad, pidiéndole que no lo interrogara sobre su verdadera identidad. Aunque Psique no podía verlo, cada noche que pasaban juntos era el encuentro más sublime; se amaban, cada una de sus caricias llegaban hasta el preludio del alma. En algún momento Pisque le confesó a Eros que extrañaba a sus hermanas. Y Eros le concedió a Psique su deseo, pero con la visión sobrenatural de los Dioses, le que dijo que él sabía que eso significaría su ruina.

William-Adolphe Bouguereau. El rapto de Psique. 1895. Colección privada

 

El engaño y la decepción

 Al día siguiente, las hermanas fueron llevadas al Palacio en donde estaba Psique. Ellas, impresionadas por la grandiosidad y majestuosidad del lugar, y ansiosas de saber toda la verdad sobre el hombre y la vida de su hermana, cuestionaron a Psique en todo momento, quien aturdida por la presión, pues no podía describir físicamente cómo era su amado, al final confesó toda la verdad.

Las hermanas le hicieron saber a Psique que ella tenía que saber con quién estaba, pues probablemente se trataba de un monstruo o un hechicero, así que le sugirieron un plan; Psique tenía que prender una lámpara en medio de la noche para poder contemplar el rostro de su hombre, y así lo hizo; a media noche, mientras Eros dormía, Psique armada con una espada, encendió su linterna, y por fin vio el rostro de su amado, el cual era hermoso y perfecto. Ella, asombrada hace un movimiento repentino y cae una gota de aceite sobre Eros. El despertó, indignado, lleno de ira y decepcionado abandona a Psique.

 

Jean-Honoré Fragonard. Psique mostrando a sus hermanas sus regalos de Cupido. 1753. National Gallery, London


Antonio Bellucci. Amor und Psyche. ca. 1700. Bavarian State Painting Collections

 

La hazaña

Cuando Psique tomó conciencia de su traición, le pidió a Afrodita un milagro para recuperar a Eros. Pero Afrodita llena de rencor, le ofrece una posibilidad; Psique tenía que descender al Hades y pedir a Perséfone, la diosa del inframundo, un poco de su cabello, pues  Afrodita quería recuperar su hermosura con un toque de la belleza de Perséfone, una belleza poco común. Afrodita le entregó una caja negra a Psique en donde tenía que guardar, con sumo cuidado el cabello, pues la hermosura del inframundo es letal para el tacto humano.

Pero la única manera de llegar al inframundo era la muerte. Psique estaba a punto de arrojarse desde lo alto de una torre cuando de repente una voz le habló sobre otro camino sin necesidad de morir, además la voz misteriosa le aconsejó como librar la batalla con el perro Cerbero, apaciguándolo con dulces de cebada. Cerbero era el perro de Hades, el cual era un monstruo de tres cabezas (algunas otra versiones dicen que tenía más) con una cola en forma de serpiente. Asimismo, la voz le dijo como lidiar con Caronte, a quien le tenía que pagar con un óbolo, o moneda griega, para que le ayudara a cruzar el río y llegar hasta Perséfone. La voz le dio varios consejos para cruzar la peligrosidad del sendero.

Cuando por fin Psique había llegado, Perséfone estaba conmovida por la hazaña que Psique había logrado, así que con gusto le dio uno de sus cabellos negros para Afrodita. De regreso, en un descuido el cofre se abrió y emergió un vapor narcótico (el  sueño estigio), que deja en amnesia a los muertos cuando llegan al Hades.

Eros, que había seguido, desde el Olimpo, los viajes de Psique, se dio cuenta de todo y se dirigió inmediatamente con Zeus para pedirle que intercediera por Psique. Y Zeus, dios de los dioses y de los hombres, aceptó y convirtió a Psique en inmortal y la trasladó al Olimpo para que los dos pudieran casarse. Como fruto de su amor, nació Hedoné (para los griegos) o Voluptas (para la mitología romana), quien representa el placer sensual y el deleite.


Joachim Patinir. El paso de la laguna Estigia. 1520-1524 ©Museo Nacional del Prado

Antonio Canova. Psique reanimada por el beso del amor. 1793. Museo del Louvre. Flicrk Art Gallery ErgsArt

 

 

 


[1] Miguel Ángel Elvira Barba. Arte y Mito. Manual de iconografía clásica.silex. 2008. p. 257

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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