
Madre e hija. Las tres edades de la mujer por Gustav Klimt
Madre e hija es un detalle de la obra Las tres edades de la mujer del pintor austriaco Gustav Klimt (1862-1918) realizado alrededor de 1905.
Klimt fue un pintor simbolista y portavoz del movimiento modernista de la secesión vienesa, la cual surgió en 1897 en contraposición tanto al academicismo como al impresionismo. En general, los modernistas desatienden los temas cotidianos por los contenidos simbólicos y conceptuales, y la mujer es uno de los motivos centrales de su obra. Para Klimt, el d3snudo o el cu3rpo femenino fue también una de sus más grandes recurrentes fuentes de inspiración.
La obra Las tres edades de la mujer es una representación del ciclo de la vida a través de tres mujeres; de frente y en primer plano aparece la madre, con piel tersa y suave, portando en su cabello pequeñas flores como símbolo de juventud y belleza. En sus brazos lleva, de manera sutil y cariñosa, a su hija, quien duerme plácidamente en el regazo de su madre, representando la inocencia de la infancia.
En un segundo plano, figura una mujer anciana, quien pudiera ser la abuela de la pequeña niña. Su piel tiene los diferentes matices que solo con el paso del tiempo se pueden crear. Su identidad no es visible por la mano izquierda que se lleva al rostro alcanzando así a acariciar o a peinar su cabello. A pesar de que la postura erguida de su cuerpo se ha perdido, sus pies se encuentran firmes sobre la tierra.
El fondo dorado y los colores vivos de la obra es un claro ejemplo de la formación que Gustav Klimt tuvo como pintor y decorador de interiores en la Kunstgewerbeschule (Escuela de Artes y Oficios de Viena). Klimt comenzó a utilizar la hoja de oro en su obra a partir de un viaje que realizó en 1903 a Ravena, Italia, en donde se encontró con los mosaicos bizantinos de la Iglesia de San Vital; él consideraba que el dorado salvaba a la composición de la obra, es decir, la falta de profundidad, de perspectiva y desequilibrio eran temas que con la brillantez del oro se podían solucionar, por lo que el oro se convirtió en un elemento esencial en sus creaciones.
Su lenguaje plástico con ciertos matices sensu@les y provoc@tivos fue foco de crítica severa por los conservadores. Klimt murió en 1918, dejando inacabadas varias obras que fueron confiscadas, y al final destruidas por la dictadura nazi.
Gustav Klimt. Las tres edades de la mujer. 1905. Óleo sobre tela. Galería Nacional de Arte Italiano
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