
La armonía de los colores complementarios en la naturaleza
Cuando hablamos de armonía, el concepto de belleza se une a la sintonía de las palabras. La armonía es el resultado de una conexión entre dos o más elementos, creando un orden agradable a nuestros sentidos, llegando así al máximo equilibrio de la percepción: la belleza.
«Sobre la armonía discutían los pitagóricos en Italia y Heráclito en Efeso, coincidiendo en que ésta nace de una unión de los opuestos».[1]
La armonía es, en efecto, la unión de dos opuestos, que juntos equilibran el caos. Está presente en la música, en la literatura, en la ciencia, en el arte y en la naturaleza.
En las artes visuales, la armonía se va a valer en gran medida del color para poder lograr sus objetivos de equilibrio. Los colores complementarios del círculo cromático generan una particular armonía, en la que dos opuestos se juntan para hacer brillar a través de un alto contraste su esencia.
El círculo cromático es una herramienta muy útil para determinar las armonías del color. Los colores complementarios son aquellos que se contraponen en dicho círculo y que producen un fuerte contraste. Así, por ejemplo, el verde es complementario del rojo, el anaranjado el complementario del azul y el violeta del amarillo.
Rueda RYB de Johannes Itten, 1961
En la naturaleza estos contrastes se encuentran por doquier; en las plantas, en los animales. Aquí hay algunas imágenes que muestran la armonía de los colores complementarios en la naturaleza. Si te interesa conocer algunas obras de arte realizadas con colores complementarios puedes visitar este artículo: 12 obras que explican la armonía de los colores complementarios.
[1] Tatarkiewicz, Wladyslaw. Historia de la estética I: La estética antigua, p. 117.