
La última exposición retrospectiva del Centro Cultural Arte Contemporáneo 1986-1998
Como resultado de la separación entre la extinta Fundación Cultural Televisa y el Museo Rufino Tamayo, el aún recordado, Centro Cultural Arte Contemporáneo abrió sus puertas a finales de octubre de 1986 en un edificio localizado en Campos Eliseos, Jorge Elliot y Andrés Bello en la Colonia Polanco de la Ciudad de México.
Fue inaugurado con tres exposiciones: Memento mori, una muestra colectiva sobre la temática de la muerte, con obras de Cindy Sherman, Antony Gormley, Frida Kahlo, Reinaldo Velázquez, Lourdes Almeida y Nahum B. Zenil; Los antiguos reinos de México, conformada por fotografías de Armando Salas Portugal y un Altar de muertos realizado para dicho museo por Cristina Bremer.
Años después dicho museo sería sede de exposiciones pioneras como la de Martín Ramírez, la retrospectiva exhaustiva de María Izquierdo que superó en mucho a la realizada en 1975 en el Museo de Arte Moderno, la de Edward Burra conformada por 16 cuadros del artista, algunas realizadas durante su estancia en México, Edward Munch, Rupert García grabados y afiches, Juan de Valdés Leal y el arte sevillano del barroco, Cronos y Cromos calendarios mexicanos, la de los exvotos mexicanos llamada Dones y Promesas: exvotos mexicanos, por mencionar algunas de las más importantes, incluso dicho museo hizo una exposición extensa de Piñatas llenando a manera de instalación, la planta baja del museo.
El programa expositivo duró hasta septiembre de 1998, cuando oficialmente cerró sus puertas este espacio (aunque la entrega del inmueble a su nuevo propietario fue hasta finales de noviembre de 1998). El CC/AC presentó dos exposiciones, una fue la selección de la colección permanente, de la cual se hicieron distintas muestras en varias ocasiones, y la que nos compete, es la titulada Visión Retrospectiva (1986-1998), una exposición que podría decirse fueron más de 175 exhibiciones en una sola, simbólicamente era una despedida. De hecho el anuncio televisivo era una selección de varios de los comerciales que usaron para difusión de dichas exposiciones en una especie de carrusel donde salían imágenes representativas de cada comercial emitido desde 1986.
La exposición se montó en la planta baja del museo, en ella se encontraban catálogos, pósters, la publicidad en periódicos y revistas, invitaciones a las exposiciones, es decir toda la parafernalia que el visitante podría adquirir a través de la tienda del museo ubicada justo al lado izquierdo de la entrada al recinto, cabe mencionar que en la actualidad esos materiales son incluso muy difíciles de conseguir debido a que muchos se agotaron al poco tiempo de ser publicados.
Este texto es un estudio de dicha exposición, recreado de manera fiel a lo que fue la muestra, dado que hace más de 21 años se llevó a cabo este evento y no hubo un catálogo exhaustivo que testimoniara el último montaje de ese espacio. Así pues, trataré de hablar de algunas de las exposiciones representadas en dicha muestra.
Imágenes Guadalupanas: cuatro siglos, fue una exposición llevada a cabo de noviembre de 1987 a marzo de 1988, en la que la imagen de la Virgen de Guadalupe, el arte novohispano, popular y contemporáneo fueron componentes principales; incluyendo los exvotos, las esculturas devocionales provenientes de colecciones mexicanas como las albergadas en el Museo de la Basílica de Guadalupe principalmente, otras del extranjero.
La muestra incluyó una sala donde se expusieron los trabajos enviados mediante una convocatoria a nivel nacional donde artistas plásticos y aficionados, mandaron una obra con la temática de la Virgen de Guadalupe. Muchos artistas tienen en su currículum esta muestra colectiva como referente importante en su carrera, tengo noticia de que algunos participantes fueron Maribel Portela, Francisco López Chávez, Roció Maldonado, por mencionar a algunos.
María Izquierdo, fue una de las exposiciones más recordadas en el colectivo, dado que fue una exhaustiva revisión de la obra de la pintora jalisciense, incluso el catálogo de esta exhibición se volvió el (hasta ahora) catálogo razonado más completo, también las exposiciones que años después se han realizado en otros lugares, imitan el guión de esa exposición, aunque claro, no han logrado superarla, han sido por así decirlo una fotocopia de aquella exposición.
Edward Munch pintor noruego fue otra de las exposiciones que causaron sensación, debido a que fue la primera vez que se mostraba en México, la obra del pintor noruego, en la publicidad fue reproducida, por supuesto, la obra El grito.
La exposición de Martin Ramírez pintor mexicano, dejó entre la idiosincrasia del mexicano la frase Martin… Martincito, que actualmente sigue en el imaginario popular, cuando se habla del anuncio de esa exposición, de hecho la frase ahora alude a alguien que está loco, o que alucina. También en esa última muestra del CC/AC, tanto el catalogo como el comercial fue uno de los representados.
Otras de las exposiciones que hicieron su acto de presencia fue Paul Klee que era la segunda retrospectiva que se hacía en nuestro país, y El arte de la Platería Mexicana, considerada una de las muestras más importantes en el estudio de la platería en México, cuyo catálogo, que conforma una fuente bibliográfica esencial, está escaso en el mercado.
Asimismo se presentaron Los Dalis de Dalí, la Mujer en México y Presencia del Museo del Prado en México, esta última curiosamente consistía en traer obras provenientes de dicho museo madrileño; de Murillo, El Greco y El Españoleto. El impacto de este programa de intercambio trajo consigo la recurrente representación en cromos y copias electrónicas, de la Concepción de media luna de Murillo. Incluso para la publicidad de esta exposición en 1991, se representaron fragmentos de dicho cuadro, cuyo impacto mediático fue tan fuerte que la gente solía colocar el póster y la postal de la exposición sobre la cabecera de la cama.
Del 6 de agosto al 5 de diciembre de 1993 se presentó la exposición Juan de Valdés Leal y el arte sevillano del barroco, en la que la propaganda también impactó, debido a que se presentaban los rostros, a manera de fragmento, con fondos oscuros de la obra Salome Bailando ante Herodes. En la portada del catálogo aparece también dicha obra. Esta exposición y el catálogo producido tuvieron una gran aceptación del público. Asimismo se hicieron dos anuncios; uno con esculturas de varios artistas barrocos, otra de más obras del propio Valdés Leal.
Una extrañeza del museo, fue la exposición Jean Marc Ferrari, fábrica de quimeras, cuyos tres anuncios, presentaban una instalación donde unas cajas con espejos, reflejaban cráneos, huesos, imágenes sacras, que iban modificándose conforme el espectador caminaba alrededor de ella. Incluso la entrada del montaje era oscura, como si fuera una entrada a una sala de cine, para toparse con una instalación iluminada. Lamentablemente siendo la muestra más recordada, el catálogo fue un folleto de 16 páginas, donde se mostraban las piezas, en forma separada de la instalación. Las obras provenían de varios museos, como el Franz Mayer y del Museo de Zoología de la UNAM.
Y al seguir hablando de extrañezas, en diciembre de 1993, otra exposición fue la de Piñatas, conformada por una sala repleta de piñatas, colgadas en el techo de una de las salas de la planta baja emulando las tiendas de los mercados públicos. Las piezas provenían de distintos talleres. En 1994, la muestra más importante fue la de Thierry Mugler, visión monumental con fotografías en gran formato usadas para distintas campañas de este diseñador de modas.
En 1995 Luz y Tiempo fue la exposición que mostró gran parte del acervo fotográfico del museo, que originalmente fue formado por Manuel Álvarez Bravo para el Museo de Fotografía que se hallaba en el callejón de cedros número 1 en San Ángel en los años ochenta, el cual era una casa adaptada para dicho fin y que al ser un espacio muy pequeño, se decidió cerrar. Y dicho acervo fue catalogado y estuvo bajo custodia del centro cultural, desde su apertura hasta su cierre.
En 1996 una de las exposiciones importantes, considerada la más completa en cuanto a los exvotos mexicanos, fue la titulada Dones y Promesas: exvotos mexicanos, conformada por más de 360 piezas; desde lo prehispánico, virreinal, siglo XIX y XX. El catálogo de esta exposición es el más importante en cuanto al estudio de los exvotos en la segunda mitad del siglo XX.
Para 1997 las muestras representadas fueron las fotografías de Timothy Greenfield Sanders, relacionadas con el mundo de la moda, la de Pintura Estadounidense: expresionismo abstracto, y Así está la cosa, la instalación y arte objeto en América latina.
Las exposiciones ya mencionadas formaron parte de esta exposición, a manera de cronología expositiva, con la que sin más el Centro Cultural Arte Contemporáneo cerró sus puertas.